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Hoy celebramos un aniversario más de la guerra de la Restauración Dominicana

Gerra de la restauracion dominican

HOY CELEBRAMOS UN ANIVERSARIO MÁS DE LA RESTAURACIÓN DOMINICANA

LA MUJER DOMINICANA EN LA LUCHA RESTAURADORA

La mujer dominicana, valiente y digna, cumplió con su sagrado deber al defender su derecho a ser libre. Se sacrifico para que hubiera patria, por eso los dominicanos agradecidos levantaremos un pedestal inconmovible de mármol y sobre el dejaremos caer dentro de sus tumbas y memorias flores de todos los colores.

Ramόn Emilio Espínola

Antes de que mencionemos a las mujeres invisibles de la verdadera lucha independentista contra un poder imperial extranjero que fue la Guerra de la Restauración (1863-1865) debemos mencionar algunas facetas históricas de la época para poner este escrito en el contexto del espacio histórico de la geopolítica de ese momento.

Entre 1844 y 1856 los haitianos no querían admitir que el pueblo de la parte Oriental de la isla era libre e independiente y que poseía rasgos de cultura propia muy diferente a la de ellos.

Los haitianos seguían clamando al aire con voces agoreras y guerreristas que la parte oriental de la isla de Santo Domingo era de su propiedad mediante el Tratado de Basilea entre España y Francia y que debido a esa razón todo le pertenecía.

Por otro lado el grupo de hateros nunca creyó en el proyecto de patria enarbolado por los trinitarios de Juan Pablo Duarte y sus sustentadores ideológicos, los febreristas, quienes conformaban un grupo de jóvenes de la pequeña burguesía en su mayoría capitaleños de ideas libertarias que fueron los que dieron el grito de Separación de Haiti aquel 27 de febrero de 1844 en la Puerta de la Misericordia.

La oligarquía hatera estaba interesada en la separación, mas no, en una total independencia, lo que ellos querían era buscar una protección imperialista para sus bienes y negocios. Anhelaban un protectorado, o una anexión a algún poder extranjero, fuera este España, Francia, o Inglaterra, y en última instancia les hubiera gustado llegar a negociaciones con un poder advenedizo como eran los Estados Unidos de América.

Fue en ese marco de hechos históricos donde nació la Anexión a España en 1861.

¿A dónde están las mujeres restauradoras?

“Hay una mujer al principio de todas las grandes cosas”

(Alphonse de Lamartine)

Cuando la guerra estalla y los pueblos son destrozados por la metralla imbécil de la misma, son las mujeres las que con su esfuerzo, coraje, y sacrificio vuelven a poner a las sociedades en marcha. Son ellas las verdaderas constructoras de la paz sin egoísmo y de la maternidad con que se nutren las criaturas en todos los confines del colmo.

Los historiadores han resaltado el valor patrio de algunas de las participantes como por ejemplo Josefa Perez de la Paz en cuya casa se celebró la primera reunión de la Trinitaria.

Como Manuela Diez, madre de Juan Pablo Duarte, y Rosa Duarte, todas mujeres comprometidas con la causa de la patria desde sus inicios.

También debemos de agregar a Concepción Bona, Ana Valverde, Maria Baltasara de los Reyes, Maria Trinidad Sánchez, Maria de Jesús Pina y muchas otras luchadoras por la patria.

¿Pero dónde están las que ayudaron a restaurar la patria de la Anexión a España?

Parece que a estas mujeres se las trago la tierra y sus hazañas de lucha se han invisibilizados en los anaqueles donde cogen polvo a diario los libros de los historiadores nacionales.

Recordémoslas nosotros

Maria Catalina Encarnación

Catorce hijos procrearon el matrimonio del patriota Juan Ogando y una de las madres de la patria llamada Maria Catalina Encarnación conocida por el pueblo como May Talina.

Lo interesante no fue que esta pareja oriunda del Sur profundo relacionada en las comunidades de Pedro Corto, y La Mula tuvieron tantos descendientes, lo grande fue que de esos catorce vástagos nueve perecieron defendiendo la patria en la guerra de la Restauración.

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Maria Catalina observo estoica caer a sus hijos en la lucha por la defensa de la patria sin lamentarse ni una sola vez, siempre con el pendón de lucha de los trinitarios en sus manos y gritando a viva voz hasta el último aliento,” Viva la Republica Dominicana libre”.

María Encarnación Echeverría Vilaseca

Esta dominicana de temple heroico y alma de ángel poético lucho por la patria en contra de los abusos de los españoles durante el proceso bélico de la Restauración con versos de fervor patrio.

Encarnación Echeverría fue la amorosa esposa del conocido poeta Felix Maria del Monte, con el compartió lucha, exilio, y penurias.

Encarnación escribía poesía desde la isla de Puerto Rico cuando tuvo que vivir exilada junto a su marido.

Sus versos reflejaban el dolor y la amargura de los sufrimientos del pueblo dominicano durante el ingrato proceso de la infausta anexión a España.

La poesía fue un Norte de lucha para esta dama restauradora donde los sentimientos y objetivos de un pueblo que luchaba por su libertad se expresaba febril y valerosamente.

Tuvo Encarnación el don de inspirar a la lucha patriótica a muchas mujeres y también a muchos hombres. La defensa de la bandera dominicana fue una noble inspiración dentro de los confines de su alma amorosa.

A la insignia tricolor de cuatro cuartelas y la cruz de armiño en el centro dedico una cantidad innumerable de sus poemas y escritos.

Encarnación Mota Contin

Encarnación Mota Contin mejor conocida en el pueblo de las flores bellas y los mangos dulces, Bani, con el cariñoso seudónimo de (Canela) fue una gran mujer en cuya dignidad la patria tiene soporte amoroso.

Poeta de hermoso verbo de la cual dice uno de los más conocido historiadores dominicanos Don Emilio Rodriguez Demorizi que: “Con una bandera en mano, posiblemente el 18 de marzo de 1862, Canela Mota salió a las calles de Bani proclamando la insignia poética: Mi bandera no se baja, ella siempre estuvo arriba. Es el alma de mi patria y por ella doy la vida”.

El 18 de marzo fecha luctuosa para la honra de la patria porque fue el día de la traición de Pedro Santana a la independencia, el pueblo de Bani le dijo presente a la nación y se lanzó a las calles a protestar; ahí al frente de esa manifestación de lucha estaba una mujer audaz y de coraje, esa era la querida Canela Mota.

Canela era hija de don Manuel de Regla Mota, quien en Bani auspiciaba y apoyaba la traición de Santana; la dama patriota sentía vergüenza por el baldón ignominioso que su padre le había lanzado al honor familiar. Este hombre le aconsejo a su hija que no interviniera en política, pero ella, en un gesto patriótico lo contradijo y se entregó a la lucha sin importarle su padre, su familia, ni nada, solo la lucha por la patria libre le bastaba, y si moría en su empeño bien muerta estaría.

Los historiadores dominicanos y las llamadas organizaciones culturales y académicas han sido ingratas con la memoria de esta excelsa madre restauradora, y de todas las otras mujeres, solo unos pocos intelectuales mencionan su lucha en favor de la nacionalidad; y eso es penoso.

Se hace obligatorio rescatar los valores humanos de la patria para que pervivan en la conciencia de las nuevas generaciones estas enseñanzas.

En sus versos y escritos está el valor, el amor, y la dignidad de una mujer que desafio el machismo, e inclusive a su padre para defender la dignidad de la patria.

Antonia Batista

Mujer valiente como pocas; recibía en la sala de su casa a los complotados que se reunían a preparar la lucha contra los invasores españoles y los dominicanos que habían traicionado la libertad de la patria con la anexión.

Cuando se tocó el tambor de combate llamando a la guerra; esta dama decidió luchar y reunió a otras mujeres que como ella le lavaban la ropas a los soldados de la patria, cocinaban y curaban a los heridos de la lucha, también reclutaba personas para la guerra patriótica.

Maria Perez

Maria, cuando se enteró que los dominicanos se preparaban para luchar contra los españoles que habían invadido la patria para anexionarla a los intereses de la metrópolis le pidió a su esposo el general Florentino que la adiestrara en el manejo de las armas, especialmente la espada, al igual que quiso aprender tácticas de guerra e inteligencia las cuales quería traspasárselas a sus amigas y a cuantas mujeres estuvieran prestas a luchar por la patria.

Águeda Rodriguez

Águeda, fue una mujer de carácter fuerte, quizás con más reciedumbre en su espíritu que la que tuvo su esposo Jose Antonio Salcedo Ramírez “Pepillo” luchador de la patria en las guerras contra Haiti y durante el comienzo de la Restauración.

Como esposa de Pepillo Salcedo fue el ser que más influencio en este que era español de nacimiento y dominicano de corazón, para que se sumara a los revolucionarios de la patria los que se disponían a luchar contra los invasores españoles que le habían robado al joven país sus fueros libertarios.

Esta dama de la patria le dijo a su marido que iba a vender todos sus bienes; inclusive, hasta los muebles de su casa para comprar armas, municiones, pertrechos para la guerra restauradora.

Fue ella con su coraje sin miedo la que viajaba para ser el enlace entre los revolucionarios dominicanos que residían en Cabo Haitiano y los que en la patria se preparaban para luchar contra el imperialismo español.

Su marido el presidente Pepillo Salcedo quien gobernó la patria en el proceso de la guerra durante el 1864 fue derrocado mediante una conspiración dirigida por su adversario político Gaspar Polanco Borbon en noviembre de 1964.

Lo interesante fue que cuando Pepillo Salcedo fue llevado a la Playa de Maimón en Puerto Plata para su fusilamiento este con voz firme en un último pedimento antes de morir grito con voz fuerte:

“Soldado acérquese, venga acá”

Cuando el joven soldado que apenas tenía más o menos unos veinte años; el condenado le entregó una carta que saco de su bolsillos con recados para Águeda, su esposa, entonces cumplido el último deseo del reo se procedió a su fusilamiento.

Como el destino se muestra muchas veces interesante debemos apuntar que ese joven soldado de la Restauración que fue el que le llevo a Águeda Rodriguez Polanco ese mensaje de su marido fue también con el tiempo presidente y respondió al nombre de Ulises Heureaux “Lilis”

Josefa del Monte Pichardo

La poesía de Josefa no solo distingue el parnaso histórico cultural de la patria; sino que además sus versos se sumaron a la de Encarnación Águeda Rodriguez con quien paseaba las peligrosas calles de la ciudad adoctrinando con su literatura a los futuros luchadores revolucionarios de la restauración.

Sus versos construyeron un fresco manojo de libertad y con ellos perfumaba el aire por donde esta dama se desplazaba llamando a la lucha por la defensa de la soberanía nacional y los fueros conculcados.

Eneria Frías

Nacida en la región Este del país, siendo más exacto en San Jose de los Llanos, provincia de San Pedro de Macorís, el 27 de mayo de 1830.

Fue la madre de Ana Luisa la esposa del líder de la lucha restauradora general Gregorio Luperón.

Eneria fue una mujer que todo lo entrego al servicio de la patria.

Su casa fue remanso y refugio de los patriotas que llegaban a acogerse de la benevolencia con que ella cuidaba a los que luchaban por la nación y reclamaban sus fueros libertarios.

En su casa se conspiraba para salvar la patria y se atendía a los patriotas que caían heridos en la lucha.

Murió en Los Ranchos, Puerto Plata, el 2 de junio de 1924

 

Rosalía Bastardo

Fue una mujer entregada a la política y a las causa de la patria, lucho en el Este del país a favor de la independencia y siempre sus ideas y pronunciamientos estuvieron acorde con la defensa de la soberanía nacional.

Era hija de un ganadero de su región Este, y cuando Santana entrego los fueros nacionales a España inmediatamente Rosalía lo critico poniéndose al frente de los que deseaban luchar por rescatar la independencia aliándose a la Restauración de la Republica.

Se sacrifico económicamente mediante la venta de su ganado y sus propios bienes para así recabar fondos para la lucha los cuales le facilitarían la compra de armas y pertrecho para la causa de la patria al igual que para alimentar a los hombres que luchaban en los campos de la patria por rescatar los fueros arrebatados por los invasores y los traidores.

En su finca “Yerba Buena” se entrenaban hombres que saldrían a luchar por la patria contra los españoles que habían anexionado la nación.

Cesáreo Guillermo quien llegara a la presidencia de la república entre 1878 y 1879 era hijo de ella y de Pedro Guillermo.

Maria Socorro del Rosario Sánchez

Esta dama de la patria nació en la ciudad de Santo Domingo el día 15 de agosto de 1830, llego al mundo en el seno de una familia comprometida con la causa de la patria.

La sexta hija de Narciso Sánchez y Maria Olaya del Rosario.

Fue hermana del patriota Febrerista Francisco del Rosario Sánchez y sobrina de la heroína de la patria Maria Trinidad Sánchez quien fue hermana de su padre.

Socorro lucho por la independencia y contra la anexión de la patria

Pedro Santana, chacal asesino, que traiciono la patria entregándola a España, asesino a su tía Socorro y a su hermano Francisco y extraño a sus parientes del suelo nativo.

Fue conocida en los centros patrióticos donde se conspiraba a favor de la patria como Maria Cruz.

Se distinguió como patriota, periodista, y educadora, se le considera como una de las primeras mujeres luchadoras por la independencia y en la restauración pero también fue conocida como una de las primeras feminista en la lucha por la libertad de géneros y su apoyo al derecho de la mujer a educarse libremente sin que los hombres se lo impidan.

Fue la fundadora de la primera biblioteca de la República Dominicana y fundό muchos centros educativos para formar docentes, y los hizo, primero que Eugenio Maria de Hostos, pues cuando ella empezó su labor educativa el famoso maestro mayagüezano no había llegado al país.

Muchas de las mujeres a las que ella alfabetizo y luego educo las envió por el territorio nacional a educar al pueblo dominicano.

Por su lucha revolucionaria y por ser hermana de Francisco del Rosario fue deportada, sufrió pobreza y amarguras en el exilio y luego ya en la patria fue encarcelada por su rebeldía patriótica en favor de una nación libre y soberana.

Escribía sobre temas políticos, de defensa a la nacionalidad, y de educación en los periódicos “EL Telegrama y El Teléfono” ambos editados en la ciudad de Santo Domingo.

También escribía para el “Dominicano” de Santiago de los Caballeros.

Por esos medios periodísticos criticaba la política de los anexionista y por igual a los invasores españoles; nunca considero a España como madre de nada, como la consideraban los que propiciaron la anexión.

Cuando ella regreso del exilio le hicieron la vida imposible en la capital y entonces se trasladó a Santiago en busca de un poco de paz y armonía y allí fundo un colegio que dirigió por una década. Se adelanto a los tiempos pues este centro educativo fue mixto cuando esta modalidad no se conocía en el país y en el mismo se formó una pléyade de maestros que impulsaron el saber en la región del Cibao y en la nación dominicana de los cuales podemos mencionar a muchas de sus alumnas más preclaras como fueron Eugenia Deschamps, Matilde Grullón, Ana Rita Infante, Altagracia y Justina Perelló y Clementina Jiménez.

Socorro Sánchez no solo fue la única patricia a la cual le fusilaron a una tía y a un hermano por luchar por la patria, no solo fundo la primera biblioteca, no solo fue la primera educadora formal del país, la primera mujer periodista, pues también fue la primera mujer que intento entrar en una logia masónica, aunque sus miembros machistas le rechazaron su membresía. Ella insistía e insistía por entrar a la logia y tanto fue su insistencia que logro al final obtener que la Logia Estrella del Oriente la reconociera y le brindara apoyo para abrir la primera biblioteca para mujeres la cual fue inaugurada el 3 de junio de 1876. Ella sostenia el principio de que las mujeres tenían el derecho igualitario del que los hombres gozaban como una hegemonía y que era la de educarse prioritariamente. Además a la mujer se le debía permitir trabajar fuera del hogar sin restricción ninguna y que con el desarrollo educativo de ellas moldeara su inteligencia para llegar a obtener la perfección moral. Esa fue la lucha de Socorro Sánchez una gran dama de la patria dominicana.

Vivió en Santiago entre 1870 y 1880 cuando de nuevo regreso a Santo Domingo, un año más tarde fundo un colegio para señoritas que se convirtió en un centro de educación superior siendo ella la directora.

De ese centro educativo llamado “La Altagracia” salieron las primeras maestras de enseñanza primaria las cuales se graduaron en el 1883.

El currículo del Colegio “La Altagracia” era además de novedoso fue también revolucionario; pues incluía Pedagogía, derecho civil, contabilidad mercantil, farmacia, y manualidades.

Para graduarse de esa escuela de señoritas había además de pasar los exámenes reglamentarios tenían también que enfrentarse a un jurado compuesto por Federico Llinás, Domingo Morcelo, José Bonilla España y Gerardo Jansen que las evaluarían.

Socorro Sánchez lamentablemente no es reconocida por la historia dominicana como merece, pero el pueblo dominicano ha de sentirse orgulloso de esta mujer que lucho por la patria. Murió en la ciudad en la que nació, Santo Domingo, el 26 de marzo de 1899.

Petronila Gau

Esta mujer es una doble heroína de la patria porque se distinguió tanto en las batallas contra el invasor haitiano las cuales afianzaron la independencia, como contra el anexionista español, y lo hizo de muchas maneras, siendo la principal con el fusil en el hombro y con un coraje sin parangón enclavado en su corazón dominicanista.

Nacida en la Línea Noroeste, en un lugar llamado Montellano, conocido como una sección de Sabaneta, no se conoce con precisión la fecha de su nacimiento.

Se destaco como soldado de la patria en la Batalla de Sabana Larga.

Cuando se produjo la Anexión, Petronila se encontraba dedicaba a las labores agrícolas y tan pronto se enteró de la traición a la patria soltó el machete y el asado de agricultor y tomo el rifle de soldado para defender la patria violada.

Contra Haiti lucho junto al jefe militar del Norte el general Luis Franco Bidó y en las campañas restauradora combatió al lado del coronel Jose Hungría.

Al terminar la guerra regreso al campo para hacer producir la tierra con sus prodigas manos sin pasarle cuenta a la patria que ella ayudo a construir con su coraje valeroso.

Josefina Bueno, Petronila Hernández y Petronila Gau

Josefina Bueno, esposa del luchador Alejandro Bueno, junto a Petronila Hernández, quien fue la compañera del general Santiago Rodriguez, héroe de la guerra restauradora, unidas a la valiente Petronila Gau fueron las tres heroínas que transportaron las armas desde el paraje El Pino hasta Sabaneta para el grito con que se comenzó la Guerra de la Restauración.

El Grito de Capotillo tuvo su logro gracias al coraje de estas tres valerosas mujeres de la libertad de la patria.

La clarinada rebelde en favor de la dignidad patria iniciada por el esposo de Petronila Hernández el 16 de agosto de 1863 en Dajabón se debe al esfuerzo y a la valentía de estas tres mujeres de la patria.

Si la historia reconoce la grandeza de Benito Monción, Eugenio Belliard, Segundo Rivas, Alejandro Bueno, Pablo Reyes, Juan Monción, el español Angulo (corneta), San Mézquita (artillero), Tomás de Aquino Rodríguez, José Cabrera, Sotero Blan, Juan de la Cruz, entonces no le neguemos a estas tres dama el honor que merecen.

Que la historia recuerde en los afanes del tiempo pasado los trotes y relinches de los caballos que estas mujeres de la dominicanidad montaban cargadas sus alganas y llenas sus faldas de los pertrechos necesarios para la guerra de la redención patria.

Estas tres damas fueron imprescindibles en la lucha para que el país volviera a conquistar los fueros que le habían arrebatado.

Fresia Olivero
Founder and President
The Dominican Heritage and Culture Society
P. (917) 440-5168
E. folivero.dhcs@gmail.com

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