Scroll Top

Manuel Sánchez Acosta: Médico, pianista y compositor

Manuel-Sanchez-Acosta

Manuel Sánchez Acosta: Médico, pianista y compositor

La intrahistoria de un hombre que se distinguió por honrar la dominicanidad

Es una pena que el pueblo dominicano no conozca a sus grandes seres. Manuel Sánchez Acosta nacido en Santiago el 18 de agosto de 1914, aunque muchos han indicado que su nacimiento tuvo efecto en la ciudad de La Vega, la realidad es que fue en la hidalga de los 30 caballeros y quien murió en el 2006 a la edad de 93 años en la ciudad de Nueva York, es una de las grandes glorias del parnaso musical criollo y las generaciones actuales lo desconocen.

 Desafortunadamente la mal llamada música urbana se ha tragado la grandeza del arte musical dominicano. Quizás sea esa la razón por la cual la juventud de hoy desconoce sus grandes valores, no solo en la música, también en todas las otras manifestaciones del arte, como también desconocen a los grandes pintores y escultores que ha tenido la nación dominicana al través de su historia.

Manuel Sánchez Acosta fue autor de un inmenso repertorio de grandes piezas en las que podemos mencionar algunas como son Paraíso Soñado, Papá Bocó, Te fuiste, Maribel, Ven, La mecedora, y Adoración entre muchísimas más.  Comenzó a dar a conocer sus grandes composiciones a partir de 1936.

Fue un conocido médico que ejercio la medicina tanto en su tierra natal como en la ciudad de Nueva York.

Combatió en la Segunda Guerra Mundial junto a los aliados en contra de las potencias del llamado Eje. En el frente europeo trabajo en el sistema sanitario de Gran Bretaña según me conto él mismo Manuel y en Inglaterra estuvo asignado a un hospital militar para soldados canadiense.

Una de las mayores preocupaciones que tuvo en su vida fue la dignificación del merengue como ritmo autóctono dominicano.

Podemos decir que era un excelente pianista a quien conocimos tocando el piano en veladas privadas junto a Bullumba Landestoy y la pianista Tilsia Caridad Brens en casa de otro médico dominicano el Doctor Carlos Arzeno en la calle 106 y Riverside en el condado de Manhattan en Nueva York los domingos en la tarde.

Este virtuoso del arte escribió una infinidad de temas los cuales fueron interpretados por las mejores luminarias de la música latina en esos tiempos, y de esas personalidades podemos mencionar algunas como fueron: Tito Puente, Tito Rodriguez, Paquito de Rivera, Celia Cruz, Olga Guillot, Miguelito Valdez, Jorge Taveras, López Balaguer, Michael Camilo, Carlos Piantini, Bienvenido Bustamante, Rafael Solano, Arturo Sandoval, Fernando Casado, Vangelis, Casandra Damirón, Sonia Silvestre.

Entonces nos preguntamos ¿Por qué el maestro Manuel Sánchez acosta es invisible para los dominicanos de estas generaciones? ¿Por qué no ha sido honrado tanto en su tierra como en la comunidad dominicana del exterior? No lo sabemos, pero tratamos, aunque sea con estos modestos párrafos de devolverlo a la luz y sacarlo de la oscuridad en la cual lo han enterrado injustamente.

Y con respeto a esa situación de invisibilidad en la que vive ese gran maestro de la música nuestra voy a citar unas palabras pronunciadas por el conocido y galardonado musico dominicano Rafael L. Solano cuando al recibir el premio “El Soberano” sostuvo: “Acepté el premio con mucha alegría, pero en el fondo de mi corazón con mucha humildad, porque Manuel Sánchez Acosta y Juan Lockward estaban primero que yo”, eso manifestó el autor de “Por Amor” melodía que ha recorrido el globo terráqueo para honor de la patria dominicana.

Pocos saben que Manuel le puso un sabor extraordinario al merengue al inventar el llamado “merengue jazz”. Su pieza “Papa Bocó” que posee un toque negroide de jazz hizo historia en las salas de bailes más emblemáticas de la ciudad de Nueva York como el Palladium donde el ritmo afrocubano de Machito y de Perez Prado era una gran atracción para todos los asistentes, como también en el Waldorf Astoria donde la orquesta del Catalán Javier Cugat con el cubano Miguelito Valdez como primer vocalista alternaban los ritmos afrocubanos con el merengue dominicano; todo esto gracias a Manuel Sánchez Acosta y a otro musico dominicano llamado Angel Viloria el que con su conjunto “Alma Cibaeña” interpretaba los merengues de Sánchez Acosta esta combinación hizo historia en la ciudad de Nueva York hasta el extremo de que el dictador Rafael Trujillo le ordeno al Cónsul de esa época llamado Felix Bernardino que le otorgara un cheque de 300 dólares a Viloria por su trabajo de dar a conocer la música vernácula criolla en el exterior. Angel Viloria no dejaba de tocar un merengue emblemático de la autoría de Sánchez Acosta conocido como “Ají Titi”

Pero también músicos de la talla internacional de Mario Bauzá, Chano Pozo, Dizzy Gillespie, Chico O´Farril hicieron de las piezas musicales de Mario Sánchez Acosta interpretaciones de batallas dentro de su repertorio siendo el merengue “Papa Bocó” ya con vestimenta de Jazz la bandera musical que enardecía las masas desde Harlem hasta los clubes del centro de Manhattan; en esos tiempos no existía una comunidad dominicana en Nueva York como la que existe hoy día, por lo tanto la obra de Mario fue grandiosa.

El merengue jazz llego a frenar un poco la locura del mambo jazz, ritmo que enloqueció los pies de los bailarines en centros como el Palladium que era para ese entonces la meca del baile a nivel mundial.

La UNESCO, organización de las Naciones Unidas para la cultura y la educación rindió en el 2015 un meritísimo homenaje póstumo a Manuel Sánchez Acosta por sus aportes al merengue y al jazz haciendo mención de las piezas que le habían grabado músicos de la talla de Machito y su Cuban Bans, Tito Puente, Javier Cugat, Noro Morales, Bebo Valdez, Paquito D’ Rivera y otros más.

Fue medico de connotados músicos en la ciudad de Nueva York en su consultorio de West End avenue. Entre sus pacientes Podemos mencionar a Celia Cruz, Tiro Puente, y Paquito D’ Rivera.

Este distinguido dominicano que dio prestigio no solo a los pocos dominicanos que vivíamos en la ciudad que nunca duerme, también fue orgullo para todos los latinoamericanos que residían para aquellos tiempos en la gran urbe de Nueva York; aquí murió el 19 de abril de 2006.

Y como decía el patricio cubano Jose Martí “honor a quien honor merece” Honremos a Manuel Sánchez Acosta un digno representante de los dominicanos en el extranjero.

Related Posts